Politica Internazionale

Politica Internazionale

Cerca nel blog

mercoledì 31 agosto 2016

En la Unión Europea, es necesario armonizar los sistemas fiscales de los Estados miembros

La decisión de la Comisión Europea de Irlanda requiere la recuperación de una suma de más de 13 mil millones de euros por parte de la compañía Apple, por impuestos no pagados en el periodo comprendido entre los años 2003 y 2014, que requiere una seria reflexión sobre la diversidad de aplicaciones el sistema fiscal entre los estados de la Unión Europea. De hecho, la posibilidad de aplicar diferentes regulaciones dentro de la unión, a raíz de la falta de armonización de los sistemas fiscales de los distintos países, ha generado y genera diferencias significativas en los ingresos fiscales relacionados, que han creado una especie de competencia desleal entre los estados que reconocen la organización en Bruselas. El primer efecto de la decisión de la Comisión Europea ha sido la de poner en peligro, por el grupo estadounidense, una disminución de inversiones, y por lo tanto puestos de trabajo, en Europa: es la amenaza siempre presente, que tiene la sensación de chantaje, que es consciente de haber tomado ventaja de los beneficios que tocan la ilegalidad, si se considera en el contexto interno de la Unión Europea. Decidir, de hecho, para hacer frente a un mercado que va mucho más allá del país en el que se asienta, sólo por las ventajas fiscales, que contiene un comportamiento incorrecto de principio, en el que no es aceptable para basar su práctica empresarial. Sin embargo, en este caso Apple es una empresa estadounidense y su comportamiento es sin duda influenciado por la legislación de Estados Unidos, lo que permite la deslocalización de empresas en el extranjero, con el fin de facilitar el sistema de impuestos y sólo en parte por gravar los beneficios de esta empresa en el momento de la devolución de capital en los Estados Unidos. El comportamiento de Estados Unidos, que tiene base ética muy lábil, busca generar liquidez desde el exterior, para crear la inversión y la demanda en el mercado nacional estadounidense. Ya este ajuste debe ser una cuestión de negociación entre Bruselas y Washington, si no fuera porque en la Unión Europea, la situación desde el punto de vista del impuesto se ve diferente, fragmentada, en comparación entre los miembros de Bruselas. Básicamente los EE.UU. explotar esta otra división dentro de la Unión para permitir que sus negocios crezcan y prosperen. Pero no es culpa de Washington si hay países como Irlanda, pero no sólo, que las leyes fiscales lagarto tales que puedan ser configurados como prácticas de competencia desleal. Por otra parte, en ausencia de normas generales compartidos, Dublín elegirá a recurrir la decisión de la Comisión para preservar su derecho de aplicar un tratamiento fiscal favorable a las empresas extranjeras, pero ciertamente no corregir a otros miembros en Bruselas. Este fenómeno, que denuncia una situación de confusión, contribuye sustancialmente a la mala economía europea, en un momento en que más uniforme tendría que tener una legislación que sea posible, lo que garantiza un ingresos fiscales justos, pero también es capaz de atraer la inversión extranjera necesaria para detener la recesión e iniciar la fase de crecimiento. Por el contrario esta fragmentación de los combustibles legislación tributaria una especie de guerra entre los pobres, que favorece la imposibilidad de llegar a acuerdos sobre los que construir la unidad de Europa, si no política, al menos económica. La salida de Gran Bretaña, que tenía una gran capacidad para atraer capital extranjero, gracias a la fortaleza de su sistema financiero, es probable que agravar la situación en Europa, con una carrera para llenar el vacío de Inglés, a través de las leyes fiscales que pueden exasperar las diferencias existentes entre los distintos países. En este escenario, Bruselas ha sido más notable por la ausencia, que el haber tomado un papel regulador fundamental, que sabe cómo evitar que algunos estados están excluidos de la posibilidad de elaborar el futuro como resultado de la presencia de más y más diferentes sistemas fiscales. Se entiende que sanar esta situación se convierte en una prioridad, si se quiere llegar a equilibrio y no de confrontación relaciones entre los europeos y mantener un no confrontación dialéctica estados y asegurar argumentos concretos a los que están en contra de Europa como una organización supranacional. Con este fin, las calles son esencialmente sólo dos; la primera es que ser asumido dentro de un régimen regulador integrado en un contexto de la unión política, por ejemplo, la creación de una base federal de los Estados miembros de Europa, una situación todavía demasiado lejos, en agudo contraste con la necesidad de encontrar una solución más rápida posible. La segunda, para encontrar una ley común menos restrictiva, pero seguro en sus principios y también ser capaz de aplicar los mecanismos de sanción seguras, construidas sobre la base de la transposición de los intereses de los estados individuales a través de la identificación de los denominadores comunes y que, al mismo tiempo garantizar un poder de negociación y Representante de la Unión Europea, capaz de garantizar a los Estados miembros, a otros temas nacionales y privadas que tienen alto poder de negociación. Un resultado positivo en este campo sería un objetivo claro y tangible para desarrollar estrategias económicas comunes, los efectos positivos se podrían utilizar para mejorar la situación económica de los ciudadanos y las empresas, lo que constituye un volante también política de las instituciones europeas contra hacia una mayor integración y más aceptada por los interlocutores sociales.

Nessun commento:

Posta un commento