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lunedì 30 gennaio 2017

Las convergencias entre los EE.UU. y Arabia Saudita contra Irán

La conversación telefónica entre el presidente de Estados Unidos y el rey de Arabia Saudita, parece poner las condiciones para el restablecimiento de las relaciones entre los dos países como estaban antes del acuerdo sobre el problema nuclear de Irán, lo que llevó a un deterioro de las relaciones entre los dos estados. Trump nunca ha ocultado que el acuerdo, firmado no sólo por los EE.UU. e Irán, también de China, Reino Unido, Rusia, Francia y Alemania, que ha sido muy negativa, porque dejaría un margen de maniobra en el tema nuclear en Teherán y en campaña electoral se comprometió a tratar de revocarla. Esta actitud es la base para restablecer el nivel de las relaciones con Arabia Saudita, con cuyo gobierno el acuerdo sobre este tema parece enorme. Uno de los efectos del Acuerdo, en las intenciones de Obama, fue para frenar los avances militares en Irán atómico para prevenir la proliferación nuclear en un área tan sensible como el Oriente Medio; sin embargo, este no fue el único propósito de la administración de la última de la Casa Blanca a través de la firma del Tratado era permitir que el Irán de su aislamiento también fue económica, a través de la reducción progresiva de las sanciones, sino también promover el crecimiento de los movimientos laicos y la modernización de este modo la escena política del país. Para los países sunitas, y en particular las monarquías del Golfo Pérsico, estas intenciones en movimiento, la gravedad específica de la política en las áreas islámicas en favor de Teherán, en contienda a los chiíes una mayor importancia que los sunitas. De hecho, en relación con el deterioro de las relaciones entre los EE.UU. y Arabia Saudita, que ha contado mucho sobre el papel de Riad, en la probable financiación y apoyo a los grupos terroristas de matriz suní y que están operando en Siria e Irak. La estrategia de Arabia fue comprometer, de manera indirecta, una guerra con Irán, que, a su vez, siempre ha apoyado a las milicias chiitas, por la supremacía religiosa que se convirtió en la política. No es ningún secreto que Riad, junto con el Ankara, intentó en el pasado para desestabilizar a Siria a ejercer una influencia que iba a convertirse en el control del país, para esconderlo de la influencia iraní. La política exterior vacilante Obama ha animado a este estado de cosas, lo que permite que Rusia desempeñe un papel decisivo en la crisis de Siria en el país. Si de alguna manera Turquía ha sido capaz de tomar ventaja de la situación en Siria, en relación con la cuestión kurda, que es siempre la principal preocupación del Gobierno de Ankara, Arabia Saudita no resolvió el conflicto con Irán, que, de hecho, se ha ido en aumento, y además, es la situación en Yemen cada vez más difícil. Este escenario pone Riad en desventaja en el escenario de Oriente Medio. El cambio de presidencia en los Estados Unidos, puede ser una oportunidad para cambiar el equilibrio de la alianza y convertirlos de nuevo en favor de Arabia Saudita. Trump es que el rey saudí Salman bin Abdelaziz, tiene una convergencia de puntos de vista sobre la necesidad de limitar las actividades de Irán en la región de Oriente Medio, que se juzgó muy desestabilizador. Ahora, para ir hacia adelante a lo largo del camino de la cooperación con Arabia Saudita, los Estados Unidos deberían, de acuerdo con la visión de Trump, entrar en conflicto abierto con Teherán, mediante la supresión, antes de que el acuerdo nuclear y la prevención de la actividad militar tan apretado contra el estado islámico, que Obama ha golpea contra el califato. El nuevo presidente de Estados Unidos se ha rodeado de colaboradores perfectamente alineados en estas posiciones, pero no parecen haber comprendido los cambios en el escenario internacional y parecen incluso a los años ochenta del siglo pasado todavía. Entrar en conflicto directo con Irán significa que se remonta décadas y añade un factor más hostil a la situación en Oriente Medio y dejar que la gestión diplomática de esta nueva emergencia, incluso a Rusia. Trump Tal vez, la influencia de su negocio en Arabia, distorsiona la política exterior de complacer a los clientes, como de hecho lo hizo mediante la exclusión de los ciudadanos de prohibición de Arabia en la entrada a los Estados Unidos, pero la crueldad de esta maniobra se explica sólo por la ' enorme amateurismo y la inexperiencia del nuevo presidente. Si los Estados Unidos abdicar, no sólo a su propio papel potencia militar, sino también a la de poder diplomático, no se harán sin duda los intereses del país como el magnate de la Casa Blanca, dice.

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