No sólo existe el caso de Ucrania para poner en peligro la estabilidad de Europa del Este y las relaciones de la Unión Europea con Rusia. Horizonte asoma también el caso de Moldova, que ya se encuentra en el centro de una disputa por la autoproclamada república de Transnistria, habitada por una población rusa mayoría, que tiene la intención de desprenderse de Chisinau para entrar en la órbita de Moscú, un caso que presenta grandes similitudes con los territorios orientales del país de Ucrania. En Moldova existe una fuerte preocupación por el conflicto que ve oponerse a Kiev a Moscú, por temor a la repetición del conflicto en el territorio de Ucrania. Como un país perteneciente a la antigua Unión Soviética, los temores de Moldavia parecen justificadas por las ambiciones expansionistas de Putin en el país y el antídoto se pueden identificar en la adhesión a la Unión Europea. Este es el mismo pensamiento conveniente Kiev y ha iniciado el conflicto con Rusia. Por el momento los criterios de adhesión en Bruselas no han sido satisfechas de Chisinau, Moldavia es un país con tres millones y medio de habitantes, principalmente de lengua rumana, que todavía está lejos de la entrada en la Unión Europea para la presencia de un alto índice de corrupción y reformar la justicia sigue siendo insuficiente; a pesar de estas deficiencias Bruselas ha elogiado los progresos realizados por Moldova a los progresos realizados en 2014 para alcanzar los niveles de estándares mínimos para formar parte de la Unión Europea. El interior se ve muy dividido panorama político: los tres partidos europeos son aliados ya no por diferencias mutuas y el actual gobierno con el apoyo de los partidos democrático, liberal-democráticas y comunistas. Estos últimos son muy críticos con el proceso de integración europea y de hecho afectan al gobierno de manera negativa por la acción del gobierno de frenado en este sentido. La fecha de la solicitud de adhesión había sido previamente programado para mayo, pero en la actualidad ya no hay ninguna hipótesis. Oficialmente reconocido la necesidad de comparecer ante la Unión Europea con una aplicación más eficaz de las reformas necesarias, en realidad, el descanso tomado por Chisinau parece estar justificada por el temor de agravar la situación con Rusia y, en el frente interno, con el república separatista de Transnistria y la región sur de Gagauzia, otro territorio donde la mayoría utiliza el idioma ruso como idioma principal. A pesar de estos factores, lo que constituye un impedimento para la integración europea, la situación económica de Moldavia se ha puesto delante de los acontecimientos de Ucrania, la principal razón para ingresar en la Unión Europea: el país, de hecho, es uno de los más pobres en el continente, con una economía atrasada todavía se basa principalmente en el sector agrícola y que, por tanto, las necesidades de inversión para modernizar su base manufacturera. La entrada en la Unión Europea podría garantizar un mayor nivel de desarrollo, mientras que en Bruselas permitirá a Ucrania para moverse más allá, va a llenar una zona fronteriza grande, que ocupa el país, dada su ubicación situada entre Rumanía y, precisamente Ucrania. Precisamente en vista de una posible entrada de Kiev en la Unión Europea, Bruselas tendría el control del territorio hasta la frontera rusa con la excepción de Belarús. El objetivo es ambicioso, aunque Moldavia puede parecer una membresía de menor importancia, las razones estratégicas de su entrada en la Unión Europea se considera importante, no menos, sin embargo, Bruselas está dispuesta a ajustarse a los estándares requeridos, que son también se utiliza como un elemento de cautela con respecto a la conducta de Rusia. Por el momento, parece conveniente a ambas partes a ralentizar el proceso de integración por obvias razones de conveniencia, pero en un futuro próximo, tanto en Bruselas, Chisinau, que sin duda mantendrá su alcance.
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