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martedì 9 gennaio 2018

Los significados de la visita del presidente francés a China

La visita del presidente francés a China, Macron, parece más que un mero intercambio diplomático, pero anuncia la intención, por ambas partes, de tratar de mover un punto de importancia en la escena internacional. Ciertamente, el vacío de poder dejado por los Estados Unidos facilita estas intenciones, pero la voluntad impulsiva de los dos países empuja a crear nuevos centros mundiales de referencia. No es casualidad que uno de los temas principales que se abordarán en la cumbre bilateral será el medio ambiente, un tema que requiere la mayor atención pública mundial y se vuelven cada vez un caballo de batalla en contra de la dirección tomada por los Estados Unidos de Trump. De hecho, más allá de las declaraciones de intenciones obvias pero necesarias de Pekín y París, el problema ambiental y sus intentos de resolución pueden convertirse en una especie de legitimidad para que China se eleve a un gran poder, a pesar de la ausencia de democracia en el país. interior de su territorio, y para Francia un intento de salir de sus fronteras y acreditarse para el papel de liderazgo de la Unión Europea. Macron en este viaje sin duda presenta la causa francesa, pero, concomitantemente, con la ausencia de un gobierno en Alemania, ejerce casi un papel de sustitución de Merkel, en nombre de Europa, que revela sus intenciones y ambiciones. En la agenda de la cumbre, además de cuestiones económicas, hay cuestiones de política internacional, que van más allá de la relación entre los dos estados: además del cambio climático, de hecho, en la agenda está la lucha contra el terrorismo y el problema de Corea del Norte. Sin embargo, desde el punto de vista de la política internacional, la intención de los dos países de colaborar en África en la construcción de infraestructuras y el desarrollo comercial del continente negro parece muy relevante. La actividad china en África ha asumido dimensiones considerables para la cantidad de inversiones y la importancia del compromiso: Beijing ha identificado en el continente africano las mejores posibilidades para el desarrollo futuro, realizando inversiones a largo plazo y, al mismo tiempo, ha emprendido una explotación materias primas africanas intensas, despertando la sospecha de una práctica casi colonialista contra los países africanos pobres. Francia todavía tiene intereses en África, tanto económicos como políticos, un legado de colonialismo practicado en los siglos pasados. La percepción es que Macron trata de encajar en los planes de desarrollo chinos, como un aliado más experto en la gestión de conflictos con las autoridades y las sociedades locales, con el fin de contener las posibles causas de los obstáculos al avance chino. Para Pekín, por un lado, sería un riesgo, pero por otro lado la oportunidad de colaborar con una democracia plenamente reconocida como la francesa, con la que compartir los riesgos de una política industrial, a menudo invasiva, llevada a cabo en los países los africanos. El presidente francés a cambio, además de la colaboración en África, askbe, un reequilibrio, al menos parcial, de la balanza comercial con China, actualmente a favor de Beijing en la cantidad de 30 millones de euros. Para Francia, China, sin embargo, es el mayor socio comercial del continente asiático y un mayor acceso a su producción en China, tal vez en el sector del lujo, dado el gran crecimiento de los multimillonarios chinos, podría reducir el déficit comercial. Esta visita denota la voluntad del presidente francés a desempeñar un papel destacado en el escenario internacional, tanto desde un punto de vista personal, destacándose por su activismo que quiere significar el deseo de convertirse en una de las figuras políticas más influyentes, y para el su país, que según su proyecto, debe asumir un papel igualitario con Alemania en Europa, pero también ser capaz de jugar un papel único en la relación con las grandes potencias, explotando las posibilidades que la coyuntura internacional puede ofrecer. Queda por ver si esta estrategia de gran compromiso en la escena diplomática no es más que un plan de desarrollo para Francia o incluso la voluntad de ocultar las dificultades internas que está encontrando Macron en su país. La tabla proporciona una gran visibilidad exterior se aplica a menudo en el tiempo por varios hombres de estado a eclipsar los problemas internos y por un presidente como Francia, que ha sido un gran éxito electoral, simplemente reducido en agrado una vez instalado, parece en las condiciones ideales para usarlo.

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