El fracaso del contraataque de Kiev provocó justificadas alarmas sobre un ataque de Moscú a países europeos y de la Alianza Atlántica; Según los alemanes, un éxito en Ucrania podría llevar a los rusos a decidir avanzar hacia un país vecino de Rusia: los principales sospechosos son los países bálticos, pero la tensión también está aumentando en Polonia. Estos análisis no son nada nuevo: el Ministerio de Defensa alemán viene elaborando desde hace tiempo una previsión de un posible ataque al flanco oriental de la Alianza Atlántica, que podría tener lugar en 2025. La condición necesaria para que esta previsión se haga realidad es una victoria rusa en Ucrania, se espera una fuerte movilización en febrero de 2024, capaz de llevar 200.000 soldados al frente y luego lanzar una ofensiva de primavera que será decisiva para el resultado del conflicto a favor de Moscú. Si este escenario se cumpliera, Putin podría decidir avanzar hacia objetivos adyacentes, aunque persisten algunas dudas sobre la capacidad real de reponer rápidamente los arsenales rusos. Incluso la posibilidad de un avance sólo parcial beneficiaría al Kremlin, porque podría convencer a Kiev de decidir conceder algo a Rusia para evitar la pérdida total de los territorios en disputa, mientras que la Unión Europea podría suavizar su actitud para evitar la llegada de una gran número de refugiados, capaz de desestabilizar el frágil equilibrio interno. El uso de formas de guerra híbrida como los ciberataques, hacia Bruselas y la búsqueda de pretextos con los países bálticos, completarían la acción rusa; en particular, Moscú podría repetir las tácticas utilizadas antes de la guerra en Ucrania, cuando se incitaba a la población rusa en las zonas fronterizas, lo que podría repetirse con los rusos que residen en Estonia, Letonia, Lituania y también en Finlandia y Polonia; esto representaría la excusa para realizar maniobras conjuntas en las fronteras de estos estados, en las que también participaría el ejército bielorruso. Estos peligros están bien presentes en la visión de la Alianza Atlántica, otro factor de preocupación, con respecto a Ucrania, es que, ante un potencial ataque ruso, existe una importante variable geográfica constituida por la región de Kaliningrado, un territorio ruso entre Polonia y Polonia. y Lituania, sin continuidad territorial con la patria. Para Moscú, desde un punto de vista estratégico, la conquista del llamado corredor de Suwalki, que conecta directamente a los países bálticos con los aliados de la OTAN, sería una prioridad. El despliegue de tropas y misiles de corto y medio alcance en la región de Kaliningrado permitiría al Kremlin lanzar una ofensiva capaz de unir la aislada región con su aliado bielorruso. La coincidencia de las elecciones presidenciales americanas se considera otro factor a favor de Putin: Rusia podría atacar en el momento de las elecciones o del traspaso de poder, comprometiendo los tiempos de reacción de la principal fuerza militar de la Alianza Atlántica; Incluso una posible elección de Trump se considera una facilitación para los rusos, que podría conducir a una retirada estadounidense incluso dentro de la OTAN, sin que la Unión Europea pueda todavía apoyar el ataque de Moscú. En esta cuestión, el retraso de Bruselas es desalentador, la falta de un ejército común, combinada con la falta de acción común en política exterior, deja a la UE desorganizada ante las emergencias globales y, además, la continua división entre los Estados miembros crea una una falta de cohesión muy perjudicial para un proyecto de defensa común que no depende de la presencia estadounidense. Hablando de cifras, se prevé un despliegue de unos 70.000 soldados rusos en territorio bielorruso, en la frontera con los Estados bálticos, de aquí a marzo de 2025. La Alianza Atlántica ya ha previsto una respuesta sustancial a este contingente de unos 300.000 hombres para proteger el corredor. lituanos, para defender la integridad de los países bálticos, pero se trata de cifras enormes que podrían reabrir el camino al servicio militar obligatorio, que muchos Estados planean restablecer, precisamente para contrarrestar las cifras rusas. El fenómeno de la guerra, centrado en los modelos de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, que parecía superado por el despliegue de armamentos supertecnológicos, parece poder regresar con fuerza, subvirtiendo todas las predicciones. Para evitar este escenario es importante apoyar a Ucrania en todos los sentidos para contener las ambiciones de Putin y evitar la Tercera Guerra Mundial.
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