Como parte de las reacciones a las desastrosas políticas arancelarias de Trump, India y Brasil se están acercando a impulsar el comercio entre los dos países, con el objetivo de superar los 17 000 millones de euros para 2030. Se cree que estos avances son el resultado de conversaciones telefónicas entre el primer ministro indio, Narendra Modi, y el presidente brasileño, Lula, lo que implica contactos entre los funcionarios de más alto rango de ambos países. Cabe destacar que Estados Unidos pretende imponer un impuesto del 50 % a los productos indios entrantes debido a las compras de petróleo ruso, mientras que el impuesto del 30 % que la Casa Blanca pretende imponer a Brasil se deriva de la acusación contra el expresidente Bolsonaro. La forma concreta de alcanzar el objetivo comercial de 17 000 millones de euros es haber acordado ampliar el acuerdo entre Mercosur y la India, tras el acuerdo entre ambos países en la reciente cumbre de los BRICS en Río de Janeiro. El desafío para Brasil e India es superar las fases económicas actuales y futuras, que prometen ser desafiantes para todas las economías globales, mediante la revitalización del multilateralismo y una mayor integración, no solo entre ambos países, sino también como un modelo a extender lo más ampliamente posible en oposición al aislacionismo de Trump. Este enfoque debe representar la alternativa a seguir como ejemplo global para quienes desean oponerse a lo que Trump pretende imponer: una hegemonía populista, que gobierna con base en datos deliberadamente distorsionados y a menudo falsos, para adoctrinar a una opinión pública que carece de las herramientas para discernir adecuadamente las noticias falsas. Para desafiar el modelo de Trump, se debe actuar simultáneamente de dos maneras: desde la base, sensibilizando a la ciudadanía a través de la acción de las organizaciones sociales, y desde arriba, con acciones concretas de los gobiernos e instituciones. En este contexto, fortalecer la democracia es crucial, ya que las instancias de poder centralizado no favorecen el papel de la oposición ni el respeto a las minorías. Desafortunadamente, la idea de que una mayoría legitimada por el voto popular puede imponer sus opiniones incondicionalmente, independientemente de quienes votaron en contra, cobra cada vez más fuerza. El siguiente paso es buscar reducir la desigualdad, como medio para combatir la ignorancia que fomenta la manipulación popular. Naturalmente, sin la regulación de los recursos tecnológicos y las nuevas tecnologías, lograr estos objetivos parece extremadamente difícil, ya que estos recursos se concentran cada vez más en manos de unos pocos individuos, a menudo demasiado cercanos a los poderes fácticos. La voluntad distorsionada de Trump ha impuesto aranceles a más de noventa países, distorsionando el libre comercio y comprometiendo el desarrollo de las economías globales. Crear una coalición de todos los países en la mira de Trump parece imposible, ya que muchos de ellos están profundamente enfrentados. Para otros, el problema es el servilismo hacia Estados Unidos, confundido con una oportunidad para establecer relaciones privilegiadas. Sin embargo, acuerdos amplios, como el entre Brasil e India, capaces de crear mercados alternativos al dominio estadounidense, parecen posibles. También debe considerarse que, por ahora, los efectos de estos aranceles aún no se han sentido en los EE. UU., pero estimaciones autorizadas predicen un aumento promedio en los precios para los ciudadanos estadounidenses debido a los aranceles de más del 18%, creando una situación no vista desde 1934. Esto amenaza con causar sorpresas negativas para el presidente estadounidense, ya que el afectado será precisamente un segmento de su propio electorado, un segmento del cual será imposible de engañar con falsa propaganda. Esta será una prueba que amenaza con ser muy severa en términos de aprobación y apreciación por las políticas actuales de la Casa Blanca y podría representar un factor desestabilizador que no debe subestimarse. Esto facilitará el éxito de cualquier política destinada a unir a varios países contra los aranceles y toda la forma de entender el mundo de Trump. Por el contrario, sin unidad de propósito a nivel estatal, el camino de Trump será más difícil de navegar.
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