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giovedì 2 ottobre 2014

Las paradojas de las relaciones diplomáticas en la guerra contra el estado islámico

La guerra contra el Califato está creando una serie de paradojas diplomáticos, que a fin de lograr la victoria final podría ser suspendido, pero eso va a volver regularmente problemas como vinculantes para la estabilidad regional, si será derrotado el estado islámico. Estas paradojas son los países atravesados ​​por rivalidad colaboraciones más profundas forzados por la necesidad de unirse contra los efectos y la evolución que un establecimiento definitivo del califato podría generar obligando. La alianza se formó contra los fundamentalistas ya funciona, en parte, de manera oficial, tanto de manera no oficial y ve enemigos luchan codo a codo que se divide históricamente. La cooperación entre Irán y los EE.UU. es el ejemplo más notable, los representantes de los dos países trabajen juntos para hacer oficial esta vez sin pacto de no comprometer sus relaciones internacionales y no alterar el equilibrio interno; Sin embargo, el estado de necesidad ha obligado a las reuniones oficiales, que no eran siquiera pensable, como en el caso de la reunión bilateral entre los ministros de Relaciones Exteriores de Irán y Arabia Saudita. La contribución fundamental de combatientes kurdos, por lo que esperan lograr por fin una patria, estuvo acompañado en el campo de batalla por las tropas iraníes y el ejército iraquí, las fuerzas armadas, que en el pasado siempre han trabajado demasiado feroz represión contra para acabar con las ambiciones kurdas de independencia. Turquía, que sigue oponiéndose a la creación de un Estado kurdo, incluso mucho más allá de sus fronteras, está trabajando en condiciones difíciles es una gran labor humanitaria en favor de los kurdos sirios, que huyen del avance de los combatientes del Estado Islámico. Israel, odiado, formalmente, a todos los estados árabes sunitas, y en particular la manera de Turquía e Irán, está colaborando con los Estados Unidos, pero indirectamente con los miembros de la coalición islamista, a través del control del territorio ocupado por las fuerzas del Estado islámico, a través de su red de satélites, que también cree que puede intervenir directamente en el conflicto, en el caso del califato tiene la intención de atacar a Jordania, su principal aliado y territorio particularmente favorable para poner en peligro la seguridad del Estado de Israel. Este peligro común, sin embargo, no suavizar la distancia entre Tel Aviv y Teherán sobre la cuestión nuclear, el tema sigue suscitando especial alarma en Israel, tanto en su interior, que se alió con Estados Unidos, que, por el contrario, pretende llegar a un acuerdo con Irán y en consecuencia se comprometen con las relaciones estatales iraníes más relajadas. Muy importante es también la cuestión que preocupa el destino de Siria y Assad. En esta ocasión el tema central es la entrada en el Ejército turco conflicto, un millón de fuerza de trabajo fuerte, con un armamento de última generación: Ankara se siente amenazada por la presencia de las fuerzas del califato ahora presente en sus fronteras y el parlamento turco es decidir la entrada en Siria, incluso para resolver el problema de los refugiados sirios que han huido de su territorio, cuyo tamaño se está convirtiendo en inmanejable para Ankara; esta decisión podría acelerar la derrota del estado islámico, objetivamente inferior frente a un rival muy duro en el suelo, pero desencadenaría la oposición del régimen de Damasco, que está fuertemente disgustaba en Ankara y podría generar una reacción iraní, sobre todo de naturaleza política de no cumplir con la deseos estadounidenses. En las intenciones de Washington no se espera que la restauración del gobierno de Assad, sino favorecer el surgimiento de la oposición democrática; esta dirección es opuesta por Turquía y Arabia Saudita preferiría un gobierno electrónico marcado por un islam más moderado, sin embargo, los dos países están divididos por grupos de opinión como la Hermandad Musulmana, que no le gustan por los saudíes. Como se puede ver, más allá de la red de alianzas creadas, todavía son tan profundas y difíciles de superar las diferencias entre sus miembros, que la eventual derrota del califato que se abrirá una serie de litigios posteriores que trabajará para la diplomacia internacional durante mucho tiempo, y de una manera especial a la americana, que se vea obligado a pronunciarse al borde de situaciones explosivas siempre un acto de equilibrio no es fácil de mantener.

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