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lunedì 3 febbraio 2020

El enfrentamiento entre Siria y Turquía corre el riesgo de una ampliación peligrosa

El conflicto sirio, esta vez entre Damasco y Ankara, vuelve al centro del escenario internacional. La confrontación fue entre los ejércitos regulares de los dos países, dentro de la provincia formalmente siria, donde todavía hay una concentración de milicias de Al Qaeda. La acción de las fuerzas armadas de Assad habría causado la muerte de cuatro soldados turcos y unos nueve heridos, pero, sobre todo, causó la represalia de la aviación militar de Ankara contra unas cuarenta posiciones sirias, causando al menos seis muertes entre los oficiales sirios. , aunque el presidente turco afirmó que entre 30 y 35 soldados murieron en represalia. La escena del enfrentamiento es la región siria del noroeste en la frontera con Turquía, donde la presencia de Al Qaeda y otros aliados paramilitares de Ankara sigue siendo fuerte. El interés de Turquía es controlar áreas en su frontera para evitar un estado kurdo; Con la presencia de los militares rusos, se hizo necesario establecer una convivencia entre el ejército de Moscú y Ankara, lo que permitió a los primeros mantener algunas posiciones militares en la región. Rusia es un aliado de Damasco y la función de estas posiciones era precisamente llevar a cabo un control en nombre de Assad en la región. No hubo incidentes entre turcos y rusos, pero esta convivencia parece haber sido comprometida por la actividad del ejército sirio, que tiene como objetivo la reconquista del territorio y su reunión, incluso formal, en el estado sirio. Las fuerzas militares sirias ya han conquistado la segunda ciudad más grande de la región y también están tratando de tomar un cruce de carreteras importante, estratégico para las comunicaciones. Turquía, para contrarrestar Damasco, ha enviado refuerzos para contrarrestar a Assad y Erdogan se ha comunicado con los comandos rusos, declarando que las fuerzas de Moscú no están entre los objetivos, sin embargo, la relación entre los dos países corre el riesgo de volverse irrecuperable; Sin duda, esta es la estrategia del dictador de Damasco, que busca romper los pactos entre los rusos y los turcos, sobre la base de su vínculo con Putin, para llevar el peso militar e internacional de Rusia a tomar partido abiertamente contra Turquía. Aunque no se declaró abiertamente, está claro que está en curso una guerra entre Siria y Turquía, tanto por la confrontación militar como por la presencia de tropas extranjeras en el territorio de un estado soberano. Sin embargo, el mayor peligro sigue siendo la posible participación de Rusia, que considera su presencia en Siria y la permanencia de Assad en el poder, un objetivo fundamental para su política exterior. Sin embargo, un conflicto armado entre Rusia y el único país musulmán de la Alianza Atlántica no es un evento bienvenido para el jefe del Kremlin: a pesar del enfriamiento de las relaciones entre Ankara y Bruselas y entre Ankara y Washington, un llamado turco podría volver a entrar en juego. Estados Unidos en territorio sirio, también con miras a un contraste más efectivo con la política iraní en la región. Esta predicción puede parecer arriesgada, especialmente con la próxima campaña electoral, pero Trump puede querer volver a su favor un renovado sentimiento de grandeza estadounidense para invertir en la competencia presidencial. Por otro lado, Putin tendría mucho que perder en un conflicto potencial, lo que también ayudaría a Erdogan a fortalecer su posición en el gusto de sus compatriotas, que se han mostrado sensibles al expansionismo de Ankara. Para el Kremlin, la solución diplomática es la mejor manera, pero el mayor problema parece ser contener al aliado Assad, que quiere aprovechar el momento para recuperar los territorios perdidos. El jefe del gobierno sirio ha demostrado una gran habilidad al explotar todas las oportunidades posibles para su ventaja y lograr permanecer en su lugar contra viento y marea. Assad ahora juega un juego una vez más sin escrúpulos y al borde de la derrota, lo cual sería irremediable, buscando una apuesta que puede resultar muy peligrosa: la de antagonizar a Putin. Pero tal vez es una estrategia bien combinada entre los dos con el apoyo iraní.

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