Pyongyang ha llevado a cabo una nueva prueba de misiles, este es el cuarto lanzamiento desde principios de año.
Esta vez, el objetivo de los lanzamientos fueron dos misiles balísticos clasificados de corto alcance y su trayectoria recorrió unos 230 kilómetros, con una altura máxima de treinta kilómetros, antes de terminar su carrera en el mar en Japón. El motivo de la prueba se explicó en la necesidad de verificar las características técnicas de los sistemas de lanzamiento, antes de entregar los armamentos a las fuerzas armadas; Esto debería significar que estos misiles están a punto de entrar en la dotación oficial del ejército de Corea del Norte. Debe recordarse que el año pasado hubo trece pruebas de misiles y las negociaciones para la desnuclearización de la península de Corea entre el presidente estadounidense y el de Corea del Norte, a pesar de un comienzo prometido, terminaron con un fracaso, que no estaba permitido, entre otro, la cancelación de las sanciones estadounidenses contra el régimen de Pyongyang. ¿Cuál podría ser la razón política de tal hecho en un momento como este? Corea del Norte, según datos oficiales de Pyongyang, no tendría casos de contagio, sin embargo, esta eventualidad no parece posible dado el nivel de infección presente en la vecina Corea del Sur, un país mucho más evolucionado desde un punto de vista médico y que ha podido adoptar un estrategia de contención de contagio muy efectiva, también basada en la prevención y el uso de tecnologías avanzadas. Algunos rumores hablan de varios casos de contagio en las fuerzas armadas y de medidas de aislamiento adoptadas por el país norcoreano contra los extranjeros. La situación podría ser muy grave, dada la situación interna, muy problemática también debido a las sanciones y los continuos intercambios comerciales que tienen lugar con China y que constituyen el 90% de los intercambios totales del país norcoreano. Además, la larga frontera común que separa los dos estados constituye un elemento adicional de peligro para la permeabilidad potencial del virus desde el país chino hasta Corea del Norte. La Organización Mundial de la Salud ha expresado en repetidas ocasiones su preocupación por los peligros de propagar el virus en Corea del Norte, dentro de un tejido social ya demostrado por la desnutrición y la mala condición médica; Estados Unidos también comparte estas preocupaciones, que temen las repercusiones de la pandemia hacia el aliado de Corea del Sur. El lanzamiento de los misiles, que levantó las protestas en Seúl, podría indicar la intención del régimen de pedir ayuda para combatir el virus, esto sería parte de la dialéctica normal que utiliza Pyongyang cuando no tiene la intención de preguntar directamente. Otra indicación para esta lectura del lanzamiento de misiles es que es la única prueba que no ha sido supervisada directamente por Kim Jong-Un, sino por uno de los vicepresidentes del Comité Central del Partido de los Trabajadores. Esta noticia es oficial porque es informada por la agencia de noticias del régimen y representa una comunicación clara a las potencias hostiles a Corea del Norte de una prueba que puede considerarse "menor", incluso si siempre constituye una advertencia militar. Por lo tanto, la estrategia parece tener el objetivo de devolver la atención a Corea del Norte, aunque en un contexto más problemático que el normal, un contexto que podría contribuir a las preocupaciones de Pyongyang, que tendría su interés en maximizar los posibles efectos de la amenaza en una situación de grave desestabilización global debido a la pandemia. Sin embargo, esta actitud no necesariamente alienta el logro de los objetivos de Pyongyang: el uso de amenazas militares en un período de pandemia podría producir resultados contrarios a los deseados y condenar a Corea del Norte a un aislamiento aún mayor. Por el contrario, un enfoque más realista y basado en la negociación parecería el más apropiado; pero la lógica de Kim Jong-Un sigue sus propios caminos.
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